Navegar e preciso
En los libros, como en las botellas tiradas al mar, suele vivir algún momento de la gente sentencia el corolario de la exquisita traducción que Marisa Silva realizó de un texto anónimo, publicado en la entrada anterior.
Por un momento ese texto encalló en esta provisoria playa junto a los caracoles que atesoran ecos del oleaje de palabras.
Imágenes, recuerdos y emociones surfean de a ratos sobre olas de libros, canciones y poemas, y vuelven a encallar, una y otra vez, a la espera de la marea de voces que les devuelva el impulso, que les de otra provisoria oportunidad para seguir el perpetuo movimiento… Deseosas de navegar, a sabiendas de aquella frase gloriosa que Fernando Pessoa recogió, acaso en alguna botella lanzada al mar por un antiguo navegante, "Navegar é preciso; viver não é preciso" y en su poema trasmutó el espíritu del enunciado en el emblema deseado por el poeta para sí, para lograr algo que pudiera atrapar como él es: Viver não é necessário; o que é necessário é criar.
La Memoria; sus imágenes, recuerdos y emociones; se desplaza encerrada en botellas que vuelven a encallar, una y otra vez, junto a piedritas y caracoles, a la espera de alguien alerta que las socorra y embarque para ensayar una nueva Odisea.
Imágenes, recuerdos y emociones surfean de a ratos sobre olas de libros, canciones y poemas, y vuelven a encallar, una y otra vez, a la espera de la marea de voces que les devuelva el impulso, que les de otra provisoria oportunidad para seguir el perpetuo movimiento… Deseosas de navegar, a sabiendas de aquella frase gloriosa que Fernando Pessoa recogió, acaso en alguna botella lanzada al mar por un antiguo navegante, "Navegar é preciso; viver não é preciso" y en su poema trasmutó el espíritu del enunciado en el emblema deseado por el poeta para sí, para lograr algo que pudiera atrapar como él es: Viver não é necessário; o que é necessário é criar.
La Memoria; sus imágenes, recuerdos y emociones; se desplaza encerrada en botellas que vuelven a encallar, una y otra vez, junto a piedritas y caracoles, a la espera de alguien alerta que las socorra y embarque para ensayar una nueva Odisea.
A la espera del bergantín que les de otra provisoria oportunidad de desplegar, como antaño, sus sueños.
Se me ocurre que en algo de eso pensaba otro poeta, el Poeta Depuesto, cuando escribió en "Megafón o la guerra": "Yo en tu lugar buscaría en el pueblo la vieja substancia del héroe. Muchacho, el pueblo recoge todas las botellas que se tiran al agua con mensajes de naufragio. El pueblo es una gran memoria colectiva que recuerda todo lo que parece muerto en el olvido. Hay que buscar esas botellas y refrescar esas memorias."
Se me ocurre que en algo de eso pensaba otro poeta, el Poeta Depuesto, cuando escribió en "Megafón o la guerra": "Yo en tu lugar buscaría en el pueblo la vieja substancia del héroe. Muchacho, el pueblo recoge todas las botellas que se tiran al agua con mensajes de naufragio. El pueblo es una gran memoria colectiva que recuerda todo lo que parece muerto en el olvido. Hay que buscar esas botellas y refrescar esas memorias."
Algo así estarán mentando millones de bolivianos en este momento en que reencarnan a Tupac, navegando sobre los sueños de sus antiguos, ansiando su propia salida al mar.
Hernán Cazzaniga
1 comentarios:
Como playa,
de tanto en tanto
encallas en mis costas.
alimentas tu alma, con las migas que te puedo dar
de dulce se empapan tus labios...
Respiras hondo
y sales de nuevo al mar.
...la playa siempre está
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