Blue moon

31 de Diciembre de 2009, segunda Noche de luna llena de este mes.
Blue moon o luna triste como llaman algunos en español a esta circunstancia celestial.
Los poetas la revisten con cierta melancolía y los astrónomos la explican con desapasionado razonamiento matemático: Nos dicen que, si en el calendario gregoriano, entre dos lunas llenas median en promedio 29,5 días, entonces no nos debe sorprender que cada tanto haya algunos meses en los cuales la luna se exhiba dos veces cuan redonda es.
Hay veces que elude a Febrero y recorre algo menguada toda su brevedad. En otras ocasiones, como este año que hoy fenece, aprovecha la extensión de Enero y de Diciembre para jugarse dos plenos mensuales y hasta predicen que en 2018 se mostrará doblemente con este estilo boteriano en Enero y en Marzo.



Ajena a astrológicos argumentos la voz de Tony Bennett da su brillo a la melancólica melodía inspirada por lunas boreales y envuelve de ensueño la soledad, la tristeza y el resplandecer de un nuevo amor.
Ciclica y precisa en su orbitario deambular relumbrará mistonga esta noche en otros barrios, signados por tango, luna y misterio, dejando a algún vecino con el interrogante acerca de la que tanto amó.
Habrá quienes la vean rodar por Callao y acá, en Posadas, estará -como es su costumbre- acuatizando un rato sobre el Paraná, a la espera del corso de astronautas que se aventuren a bajar por la calle San Martín para abordarla.
No me pregunten a que hora ocurre eso, hay que estar predispuesto en el momento.
La información precisa se la reservan los astrónomos, aunque sospecho que Café, tal vez por Azar o a fuerza de ser constante, desde el escalón de la vereda de su casa descubrió el horario justo para usufructuar este mágico embeleso.
Hernán Cazzaniga

DELÉCTRICO












"Va a venir
no va a venir
o va a venir
deléctrico."

BABASÓNICOS/DELÉCTRICO

OKADA (el Japo)

Vaya uno a saber por que. Tal vez la imagen de Marx, o quizás las citas a las tesis sobre Feuerbach del post de Hernán Cazzaniga (http://provisorio987.blogspot.com/2009/12/miserabilidades-filosoficas.html) fueron las que movilizaron - quien sabe por que mecanismos - los recuerdos del Japo Okada y las ganas de escribir este texto (post?) en su memoria. Carlos Okada era sociólogo, docente, maestro - en el fino sentido de quien es sabio mas que académico-. Palabras, charlas y libros. Palabras sobre libros y libros sobre palabras. Curioso, incisivo y provocador, el Japo significó, al menos para mi, una nueva y rica forma de ver las ciencias sociales y la vida. Se sabe que la generosidad no es moneda común en los territorios universitarios, que hay libros que se esconden, que hay palabras que no se dan, que hay recursos que discrecionalmente se reparten. El Japo regalaba libros, te comentaba lo que estaba leyendo y te provocaba para que dijeras lo que no querías decir. Sus clases, en la carrera de Antropología, en la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Misiones eran una mezcla de teoría, conceptos y vida privada. En los días de calor (como estos de ahora y que son casi inseparables del lugar) el Japo hablaba sobre Max Weber y su vida austera, sobre Marx y su yerno, sobre Adorno y su temor paranoico al estudiantado rebelde. Para el Japo no había cánones, ni canonizados. Seguramente diría - como Charly García - eso: “es parte de la religión”.

Escribía, dando inicio este post, sobre los (im)probables motivos que me llevaron a pensar –y escribir - sobre el Japo Okada. Voy a esbozar una posible, aunque arbitraria, ruta de acceso. Las tesis sobre Feuerbach están en el libro firmado por Carlos Marx y Federico Engels (tal cual aparecen los nombres en el ejemplar de las Ediciones de Pueblos Unidos, 1985): La Ideología Alemana. Libraco intragable sobre filósofos – obviamente alemanes - y del cual sacábamos una serie de citas todoterreno sobre materialismo que aparecían en las mencionadas tesis (de las mas de seiscientas páginas leíamos las cuatro sobre Feuerbach, aunque, claro, citábamos todo el libro). Eso de que el mundo hay que transformarlo, dicho con cierto gesto adusto, a los ojos de la chica que uno le interesaba solía tener un efecto casi mágico (la remera, el morral, el pelo largo y cierto descaro juvenil, hacían lo suyo). Sin embargo, y me parece oír la voz del Japo llamándonos la atención sobre la nota a la edición alemana, en la carta de Marx al editor, donde el barbudo decía (y el se divertía cuando nos lo señalaba) que “Confiamos el manuscrito a la crítica roedora de los ratones…” porque en realidad el objetivo era ponerse de acuerdo con Federico. A partir de ahí se desataba un debate sobre que pasaba con los textos cuyos padres los habían abandonado, textos huérfanos, homeless de la literatura científico – social.

Al Japo le gustaba poner en cuestión nuestras jóvenes, soberbias e ingenuas certezas. Nuestro básico materialismo de manual (Marta Harnecker, librito del que no se por que recuerdo el recuadro celeste que estaba bajo la ilustración de la fábrica en la edición de siglo XXI) se veía destrozado por el sentido común parsoniano con el que el Japo nos ponía irónicamente a prueba. Obviamente, si alguno saltaba defendiendo el funcionalismo de Parsons, el Japo lo enfrentaba con severas, sólidas y perpicaces reflexiones de materialismo dialéctico (o histórico, según el caso). En un bar del centro de Posadas solía discutír con Alejandro Gonzalez Labale (del cual nunca supimos si era consciente del carácter de representación de la situación) sobre diversos temas de actualidad, levantando la voz, en una suerte de perfomace o intervención callejera, que pasaba a llamar la atención de los clientes de otras mesas o de la gente que pasaba por ahí. Deconstruyendo lo que se naturalizaba en el discurso, en el sentido común, en el sentido –aún más - común del mundo de las ciencias sociales. Con el Japo supe de Gramsci, de Foucault, y de la escuela de Frankfurt, pero supe también que había que salir de los claustros (nada mas cerrado que…) universitarios y pelearla con médicos, psiquiatras, instituciones, radios y televisión. Había un mentalista, un adivinador, que por esas cuestiones que parecen suceder sólo en Posadas tenía un programa en la tele local (aunque después tuvo su espacio en un canal de la televisión nacional), y el Japo por supuesto, iba al programa, a decir lo suyo. Recuerdo que el personaje lo miraba como para cortar la charla, el Japo bajaba la vista y seguía hablando, del tema que fuera. Ya se, meterse en el barro no es cosa de académicos, pero si de sabios.

Cuenta la historia – que cuento porque ahí estaba yo- que era docente en algún momento de dos materias de la carrera: “Teoría Social 2” y “Antropología Social Argentina”. La primera trataba sobre el pensamiento social posterior a Marx, Weber y Durkheim. La segunda no estaba tan claro, pero suponíamos que se trataba de rastrear el pensamiento de las ciencias sociales en la Argentina. El Japo comienza su clase de Antropología Social Argentina y empieza a hablar, así, sin libro, ni apunte en el cual recostarse, como siempre hacía. Que Althuser, que esto y lo otro, no se, que los aparatos ideológicos de estado, Heléne estrangulada y las once tesis sobre Feuerbach colgadas frente al escritorio de Louis, cuando alguien, lo interrumpe y le dice: “Profesor, esto no es Teoría Social 2, es Antropología Social Argentina”. “Ah! Bueno – dijo el Japo, y siguió, como si nada, hablando de Lugones, Leopoldo - padre del torturador- que vino a Misiones, y así.

Después dejé de frecuentar las aulas, los pasillos y el murito que estaba frente a la Facultad de Humanidades (que fue inexplicablemente – o no, diría el Japo – destruido). La última imagen que tengo de el, fue en el Parque Paraguayo, en las hamacas donde el había llevado a su hija y yo la mía. No nos vimos en una clase, en una conferencia o en un congreso del mundo académico. No hubo libros que el comentara o regalara. Hablamos de bueyes perdidos, de cómo estábamos, de cómo se sentía (había pasado ya por algunos sustos), mientras mirábamos de reojo a nuestras hijas que jugaban en diferentes lugares del parque. La paternidad nos había puesto en otro lugar y ahí, otros placeres, además de la lectura, nos encandilaban.

A pesar del tiempo, de las absurdas y tajantes decisiones sobre mi vida en la academia, el Japo supo ponerse por encima de aulas, libros y clases. Mucho después valoré su forma de enseñanza que se escabullía de disciplinas y pps. Me enseñó a pensar, a cuestionar lo que pensaba, a no creer ni siquiera en mi, a saber que siempre hay otra explicación posible y que por ahí, al mundo hay que transformarlo, pero antes - sería bueno - tratar de interpretarlo.

Cafe Azar
Posadas, últimos días de diciembre de 2009. -

EPITAFIOS


Un escritor que es al mismo tiempo cuatro o cinco, piensa con insistencia en la muerte.
Escribe:
"Toquen en un campamento mi marcha fúnebre Quiero concluir sin consecuencias... Quiero ir a la muerte como a una fiesta en el crepúsculo."

...y decide, siendo como es, cuatro o cinco, morirse de variado modo. Nunca deja de pensar en la muerte, la suya y la de las cosas.
cuenta Gaspar Simoes:

"Bebía, bebía, bebía para asfixiarse. Cuando regresaba a casa, de noche, con la cartera debajo del brazo, entraba en la lechería de la esquina de su calle, en el "Trinidade", y su amigo Trinidade, membrudo y buen muchacho, que le servía fiado (cuando recibió el premio literario, parte de éste fue para Trinidade y cuando murió le debía aún seiscientos mil reis) y en las puntas de los pies, con un aspecto cada vez mayor de mendigo, ajustandose los pantalones hacia arriba, con la garganta inflamada, enigmáticamente decía: —2, 8 y 6. Trinidade se retiraba. En breve ponía encima del mármol del mostrador una caja de cerillos, un paquete de cigarros y una copa de Macieira. En ese tiempo una caja de cerillos costaba 20 centavos, la copa 80, un paquete de cigarros 60, o sean 2, 8 y 6 tostones. El poeta recogía los cerillos, rasgaba el paquete de cigarros, y bebía de un trago la copa de Macieira. Después abría su cartera, sacaba de ella una botellita negra y la ponía arriba del mostrador. Trinidade, discretamente, la tomaba, se la llevaba para adentro de su establecimiento y volvía con ella, incluso ya encorchada. el poeta volvía a guardarla en la cartera y, sin pagar, salía por la puerta, después de despedirse cordialmente de su amigo Trinidade. A veces, por la mañana, el señor Manacés, su barbero de la calle, que tanto le "servía" a él, el poeta, como al mozo de carga o al aprendiz de cajero del amigo Trinidade, se desplazaba hasta el edificio número 16, para "servir" a su cliente, antes que nada. Había ocasiones en que lo encontraba aún delante de la mesa de trabajo, con la cara de quien no se había acostado, rodeado de papeles, de libros, de colillas de cigarro y la botellita negra completamente vacía al lado. Entonces el poeta, antes de que el señor Manacés preparara la navaja, le pedía que tuviera la gentileza de ir con Trinidade a llenar la botella."

Uno de los poetas, que era el poeta, profesaba alguna forma de panteísmo:

¡Vuélvete parte carnal de la tierra y de las cosas! Dispérsate, sistema fisicoquímico de células nocturnamente conscientes por la nocturna conciencia de la inconsciencia de los cuerpos, por el cobertor que no cubre nada de las apariencias, por la grama y la hierba de la proliferación de los seres, por la niebla atómica de las cosas, por las paredes turbillonantes de vacío dinámico del mundo...

Es inevitable ser varios y a veces también un desconocido para sí, un navegante preciso, en un océano- vida sin precisión.
Escribe el poeta

"Pero imperfecto es todo; no hay ocaso tan bello que no pudiese serlo más aún, y brisa leve que nos adormezca que pudiese brindarnos un sueño más apacible todavía. Y de tal modo, contempladores ecuánimes de montañas y de estatuas, gozando por igual días y libros, soñándolo todo, y ante todo para convertirlo en nuestra íntima sustancia, también haremos descripciones y análisis que, una vez efectuados, pasarán a ser cosas ajenas que podremos disfrutar como si brotaran de la tarde. No es éste el concepto de los pesimistas, como aquel de Vigny, para quien la vida es una celda donde él trenzaba paja buscando distracción. Ser pesimista es tomarlo todo como a la tremenda y esa actitud es una desmesura y una molestia. No contamos, es cierto, con un concepto válido para aplicar a la obra que producimos. La producimos, es verdad, para distraernos, pero no como el preso que trenza paja para distraerse del Destino, sino como la niña que borda almohadones, distrayéndose sin más. Para mí, la vida es como una posada del camino, donde demorarme hasta que llegue la diligencia del abismo. Ignoro adonde me llevará, porque no sé nada. Podría considerar esa posada como una prisión, pues estoy obligado a aguardar en ella; podría considerarla un sitio propicio para la sociabilidad, porque en ella me encuentro con otros. No soy, sin embargo, ni impaciente ni convencional. Dejo el encierro a los que se aíslan en sus cuartos indolentes, echados en la cama donde esperan sin sueño; dejo a los que en ellas se complacen las charlas de los salones, desde donde la música y voces llegan confortables hasta mí. Me siento a la puerta y embebo mis ojos y oídos en los colores y sonidos del paisaje, y en tono lento, para mí sólo, vagos cantos que compongo mientras espero."

Hay un antiguo artefacto chino, un sencillo disco de cartón, con una jaula dibujada en el anverso y un ruiseñor que cante en el reverso. Mediante un hilo delgado que se retuerce haciendo girar el disco sobre su eje, el ruiseñor termina enjaulado. Es un suceso pequeño, bello y fatal, como estar sentado en una estación, viviendo.
De algún modo los epitafios parecen al mismo tiempo cerrar y abrir puertas hacia alguna parte, parecen decir, se acabaron las palabras, o podrían ser simplemente la primera línea de una novela.

Fotos fabiana silva Monasterio de los Jerónimos - Lisboa

Si después de morir queréis escribir mi biografía
no hay nada más sencillo.
Tiene sólo dos fechas: la de mi nacimiento y la de mi muerte.
Entre una y otra todos los días son míos.

Soy fácil de definir.
Vi con furia.
Amé las cosas sin ningún sentimentalismo.
Nunca tuve un deseo que no pudiese realizar, porque nunca cegué.
Incluso oír nunca fue para mí más que un acompañamiento de ver.
Comprendí que las cosas son reales y diferentes, todas, las unas de las otras;
lo comprendí con los ojos, nunca con el pensamiento.
Comprenderlo con el pensamiento sería encontrarlas a todas iguales.
Un día me vino el sueño, como a cualquier niño.
Cerré los ojos y dormí.
Y además, fui el único poeta de la Naturaleza.

Alberto Caeiro (hetéronimo de Fernando Pessoa)

...esto decía el poeta sobre sí y los otros que viven y se mueren, los otros lo dejaron escrito en el túmulo que reside en el Monasterio de los Jerónimos en Lisboa. Ricardo Reis, uno de los varios que fue Pessoa, decidío el texto definitivo de su muerte.

Miguel Riquelme
26 de diciembre 2009

Miserabilidades filosóficas

Las Tesis sobre Feuerbach
Escritas en 1845 las once Tesis sobre Feuerbach sintetizan las críticas realizadas por Marx a las ideas del filósofo Ludwig Feuerbach y por extensión al idealismo que se colaba a través de la actitud contemplativa en las concepciones de los jóvenes posthegelianos, aún cuando se reivindicaran como materialistas.
La conservación de una actitud contemplativa frente al mundo por conocer desconocía la actividad "práctico-crítica" como actividad objetiva, productora de la realidad. Marx advertía que no bastaba con afirmar un tipo de explicación material para superar el idealismo sino plantear una actitud diferente frente aquello que llamamos la realidad.
Cien años después un conocido General supo, en estas pampas, interpretarla criollamente, equiparándola a la única verdad. Verdad que debía ser impuesta a fuerza de acción política. (Aunque parezca un poco prepotente)
Es así como en la Tesis 2 sobre Feuerbach afirmaba Marx que “El problema de si al pensamiento humano se le puede atribuir una verdad objetiva, no es un problema teórico, sino un problema práctico. Es en la práctica donde el hombre tiene que demostrar la verdad, es decir, la realidad y el poderío, la terrenalidad de su pensamiento. El litigio sobre la realidad o irrealidad de un pensamiento que se aísla de la práctica, es un problema puramente escolástico.”

Estas "Tesis" ponen el acento en la praxis política tal como lo resume la 11, donde Marx postula: “Los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modos el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo.”
Esta revolucionaria afirmación emplaza a los filósofos a dejar de lado la actitud contemplativa, distante, que caracterizó al saber filosófico previo para dar lugar a un conocimiento producido por la propia intervención del pensador en el mundo pensado, formando parte de su materialización.
El camino dialéctico del pensamiento teórico se orienta a la realidad para transformarla. Desde esta perspectiva la filosofía se asume como una práctica eminentemente política y a los seres humanos, sujetos de la historia, como artífices de su transformación.
Por cierto los hombres entran en escena en una historia hecha pero a su vez son también artífices de las nuevas circunstancias que sus acciones producen.
En este sentido en la Tesis 3 afirma: “La teoría materialista de que los hombres son producto de las circunstancias y de la educación, y de que por tanto, los hombres modificados son producto de circunstancias distintas y de una educación modificada, olvida que son los hombres, precisamente, los que hacen que cambien las circunstancias y que el propio educador necesita ser educado. Conduce, pues, forzosamente, a la sociedad en dos partes, una de las cuales está por encima de la sociedad (…) La coincidencia de la modificación de las circunstancias y de la actividad humana sólo puede concebirse y entenderse racionalmente como práctica revolucionaria”.


El joven filósofo postmenemista
Discurrí superficialmente acerca de las célebres tesituras marxistas para presentar a un joven filósofo ¿postmenemista? o ¿post Leónrozitchneriano? (No es lo mismo)
Alejandro, el hijo del respetado marxpsicoanalista León Rozitchner, reinterpreta la realidad desde lo que podríamos denominar el Macrismo ecléctico, una suerte (mala por cierto) de filosofía post menemista muy PRO.
Este filósofo para managements, influido quizás por las lecturas marxianas de su padre, o por la necesidad más prosaica de hacer una dife, puso su saber filosófico al servicio de la causa de Maurizio, que a esta altura ya todos sabemos que es Macri. (No podemos decir que no lo sabían los porteños, ni él. Se los advirtieron).
Podría ser definido como filósofo de la buena onda, en sintonía con los manuales de autoayuda que predominan en los rankings de ventas literarias y que abrazó una línea de pensamiento cuyo máximo desarrollo intelectual es la concienzuda, convicente y esperanzadora frase “Va a estar Bueno Buenos Aires”, aunque sin dudas se disgustaría con esta costumbre de etiquetar a las personas.
El Ale comprendió que debía asumir un compromiso político si quería ser PRO-activo, si quería lograr que se impusiera el imperio del Bien o mejor de la gente Bian con buena onda, más pum para arriba, como más gerenciadora y para nada ideologizada, ¿vistes?. De la gente joven que mira para adelante.
Pero recuerdo lo de la tesis 3 son los hombres los que hacen que cambien las circunstancias (…) el propio educador necesita ser educado.

Los Misterios de un Ministerio y las miserias del filósofo
Figuras misteriosas poblaron el ministerio de educación PRO porteño. No son precisamente personajes de los cuentos de Mujica Lainez sino hombres de carne y hueso rodeados de algunos trogloditas y muchos sabuesos. “Mala gente que camina y va apestando la tierra” y, entre ellos como diría Antonio Machado “… pedantones al paño/que miran, callan y piensan/ que saben, porque no beben/ el vino de las tabernas”.
En el pretendido imperio del bien PRO el espejo devuelve sus miserias en la pluma de uno de esos pedantones.
Silencioso frente a la escandalosa designación del Fino Palacios al frente de la policía o de las actividades secretas de Ciro James; valientemente el filósofo en cuestión decidió tomar en sus manos el hacha de la verdad y hacer leña de un tronco caído.
Estratégicamente esperó la renuncia de Abel Posse para sentar su postura frente a lo que ya se había expresado el mundillo del rock, la docencia, los organismos de Derechos Humanos y buena parte de la dirigencia política.
Lo hizo en su blog 100volando el 23/12/09 cuando escribió sus 10 tesis o 10 Razones por las que Posse no podía ser Ministro de Educación del Gobierno de la Ciudad, donde argumentó miserablemente su postura apelando a cuestiones como el suicidio del hijo del renunciante que, los opositores por buen gustó soslayaron, acaso para diferenciarse del caníbal al que se enfrentaban.
En este emprendimiento intelectual se destaca el esfuerzo por conservar el espíritu fundacional de este espacio político que se anuncia como lo nuevo. Ya el dibujito del dinosaurio que acompañó esa entrada pretende ofrecernos una mirada infantil. Fabricada ternura, como la ingenuidad política del niño Maurizio que está gateando sin los pañales puestos.
Más tarde la cadena asociativa pondrá el acento en el valor de la juventud para rechazar al defenestrado y reafirmar la propia identidad política:
En la Razón 1 afirma: “Tiene 75 años. Sería muy raro, no imposible pero sí muy raro, que alguien de 75 años se ocupe de un sector en donde lo nuevo es tan relevante. En ese cargo se trata de sintonizar con el mundo que viene, no con el que se va".
Por ello la tesis número 10 resulta más simpática, onda Gaby Michetti, donde afirma que Abel Posse: “No expresa el verdadero espíritu del PRO y del Gobierno de la Ciudad: una mirada joven, nueva, una visión de la política orientada al logro, al servicio, al entendimiento con otros sectores” Paradójicamente concluye que “Por todo eso, y pese a que algunas declaraciones suyas sobre el tema de seguridad fueran correctas y valientes, (Aqui le reconoce el núcleo básico de coincidencias: Lo nuevo es reprimir) Posse no podía ser Ministro de Educación del Gobierno de la Ciudad. Donde hubo un Narodowski no puede haber un Posse”
Más bien pareciera que donde un Narodowski contrató a un Ciro James pueden ocurrir otras más siniestras.

No hubo errores, no hubo excesos
La única verdad es la realidad. A pesar del asquito retrospectivo que le provocó toda esta situación al joven filósofo porteño -seguramente a la hora de escribir sus 10 verdades ya se estaba sintiendo algo incómodo entre sus amigos rockeros- sus jefes se empeñan en reafirmar el diestro espíritu de su gobierno.
Ayer, Horacio Rodríguez Larreta, luego de publicadas las tesis sobre Posse, afrimó: “no fue un error la elección del segundo ministro de educación”.
Esta claro que no. Se trata de una concepción de Orden y PROgreso.
Hernan Cazzaniga

Nochebuena (Must be Santa por Bob)

Entre los mail que he recibido en estos días, me llamo la atención un pps que muy concienzudamente -y hasta amorosamente, diría - establecía la diferencia entre Jesus y Santa Claus. Dando por sentada la existencia vigente de los personajes de los dos relatos se percibía en la comparación una clara preferencia por el llamado hijo de dios. De hecho su título era: "El porque Jesus es mejor que Santa Claus". Entre los items que se desarrollaban para justificar el título de la presentación (de eso se trata el power point, creo) uno puede encontrarse con que "Santa vive en el Polo Norte, mientras Jesus está en todas partes", "Santa entra por la chimenea sin ser invitado, mientras Jesus toca a tu puerta y entra a tu corazón cuando vos lo invitás", "la barriga de Santa está llena de golosinas mientras el corazón de Jesus está lleno de amor", y así. La idea de la presentación era establecer que el carácter liminar de la navidad tiene mas que ver con Jesus que con Santa que cada vez que te ve pregunta tu nombre mientras que Jesus ya te tiene hiper calado hasta con aquellas cosas de las cuales preferís no acordarte. La verdad es que no se que prefiero, si un representante de las grandes cadenas mercantiles cuya principal función es fomentar el consumo de mercaderías (sospechoso de trabajar para una fábrica de gaseosas muy conocida) o al vigilante administrador de culpas disciplinantes.
Debe ser por eso que la navidad, mejor, la noche buena, genera tantas contradicciones entre las personas que disfrutan el colorido, efusivo e invasivo espíritu navideño y aquellas que lo viven como una fecha en la cual hay que soportar reuniones familiares, sobreactuaciones afectivas, comilonas indigestas y borracheras sin ton ni son (aunque estas últimas suelen ser las mas justificables - disfrutables-).
Prefiero pensar que no habría que cargarle tantas cuestiones a una fiesta (aunque venga medio obligada) y disfrutar del carácter dionisíaco de la misma. Brindar o irse a dormir sin culpas, después de todo, las buenas fiestas son como los buenos sueños. Así de intangibles, así de vertiginosas, así de sensuales (como la chica de piernas largas que baja las escaleras en el video de Dylan). Ho ho ho!!! Must be Santa!

Café Azar
Posadas, un par de días antes de la nochebuena de 2009. -

21/12/09 Tiempo de Verano

Ya es tiempo de verano por acá y otra vez empieza una nueva temporada.La trompeta de Miles David despliega con estilo propio la melodía que resuena a poco del inicio de Porgy & Bess, la Opera que representa el drama/romance ambientado en un gueto de negros en el sur de los EEUU durante la década de 1920.
Controvertida mirada compuesta por un hijo de judíos rusos nacido en Brooklyn. Cuestionada por algunos por considerarla una mirada etnocéntrica y clasista, la obra no disfrutó del aval fervoroso de la crítica contemporánea.No contó con un éxito fácil, como ocurriera con tantas grandes Óperas que tuvieron que esperar que les llegara su público.La sonoridad jazzera incorporada a este hito de la Ópera Moderna trascendió a la propia obra y se multiplicó en infinidad de versiones el Aria que, en la versión teatral, Clara canta a su bebe. Summertime suena allí como una nana pero el niño se resiste a dormir. Los tonos graves, gravísimos, dan un clima inquietante, preludian la muerte contrastante con la imagen de ensueño, amor y paz del relato maternal.
Sumertime and the livin’ is easy /Es verano y la vida es fácil,
Fish are jumpin’, and the cotton is high. /Los peces saltan y el algodón está crecido.
Oh yo’ daddy’s Rich, /Tu papá es rico
And yo’ ma is good lookin’, /Y tu mamá es guapa;
So hush, little baby, don’ yo’ cry. /Calla, pues, pequeño mío, no llores.
One of these mornin’s /Una de estas mañanas
You goin’ to rise up singin, /Vas a levantarte cantando;
Then you’ll Spreads yo’ Kings /Entonces extenderás tus alas
An’ you’il take the sky. /Y tomarás el cielo.
But till that morning’, /Pero hasta esa mañana
There’s a-nothin’ can harm you /No hay nada que pueda dañarte
With Daddy and Mammy standin’by /Con papá y mamá a tu lado.
Janis Joplins (su clásica versión del 69)
Acto seguido su padre, con tono aleccionador, decide cantarle su propia nana A woman is a sometime thing:
Lissen to yo’ Daddy warn you, / Escucha el aviso de tu papá
Fore you start a travelling, / Antes de que empieces a viajar:
Woman may born you, /Una mujer puede parirte
Love you and mourn you, /Amarte y llorarte,
But a woman is a sometime thing, / Pero una mujer es algo para una temporada,
Yes, a woman is a sometime thing, / Si, una mujer es algo para una temporada.
Oh, a woman is a sometime thing, /Oh, una mujer es algo para una temporada.
Yo’ Sammy is the first to name you, /Tu mamá es la primera en darte un nombre
And she’ll tie you to her apron string, /Y te atará a sus faldas.
Then she’ll shame you /Luego te avergonzará
And she’ll blame you till /Y te culpará hasta que
Yo’ woman come to Chaim you, /Tu mujer venga a reclamarte,
Cause a woman is a somertime thing, /Porque una mujer es algo para una temporada
Yes, a woman is a sometime thing /Si, una mujer es algo para una temporada.
Oh, a woman is a sometime thing /Oh, una mujer es algo para una temporada
Don’t you never let a woman griete you /No permitas nunca que una mujer te aflija
Jus’ cause she got yo’ weddin’ ring /Solo porque consiguió tu anillo de boda.
She’ll love you and deceive you /Te amará y te engañará
Take yo’ clothes and leave you /Tomará tus ropas y te abandonará
Cause a woman is a somertime thing /Porque una mujer es algo para una temporada
Yes, a woman is a sometime thing. /Si, una mujer es algo para una temporada
Yes, a woman is a sometime thing. /Si, una mujer es algo para una temporada
Yes, a woman is a sometime thing. /Si, una mujer es algo para una temporada
Satchmo interpreta a A woman is a sometime thing


Detrás de estos dos universos imaginarios cantados en clave masculina y femenina tiene lugar la escena del asesinato que provocará el encuentro entre el invalido Porgy y Bess, la chica del asesino.Las dos composiciones de George Gershwin: Summertime y A woman is a sometime thing, durante décadas han sido interpretadas por renombrados artistas del mundo de la ópera y de otros géneros populares.

Kathleen Battle

La trompeta de Miles David, las voces de Janis Joplins, de Ela Fitzgerald, de Satchmo, de Billie Holiday, de Kathleen Battle, el piano de Ray Charles y su voz junto a la de Cleo Laine sólo son un puñado exquisito de las tantísimas versiones que nos invitan, con variedad rítmica a arrullarnos en la placidez de la dulce y grave melodía. A woman is a sometime thing nos recuerda el carácter provisorio de toda temporada.

Mientras tanto a disfrutar de este tiempo de verano con las versiones de ambos temas interpretadas por Ray Charles junto con Cleo Laine.


A manera de simpático bonus track va esta versión de summertime interpretada a duo por Jill Scott y George Benson
Hernán Cazzaniga

Jim Jarmusch, dos pelis: Dead Man (1995) & The Limits of Control (2009)

a) Breve arqueología
Una cajita de fósforos con papeles minuciosamente doblados, trenes, ventanillas, viajes, un ensayo escrito en 1960, un poeta con visiones místicas, un guerrero con una misión, diferentes idiomas, diferentes lenguajes que se mezclan entre si.

Escribe Wiliam Blake:
"Si las puertas de la percepción se depurasen, todo aparecería a los hombres como realmente es: infinito. Pues el hombre se ha encerrado en sí mismo hasta ver todas las cosas a través de las estrechas rendijas de su caverna.”

También Arthur Rimbaud en El barco ebrio, en una carta a Verlaine:
“Yo sentí al descender los impasibles Ríos
que ya no me sirgaban mis conductores…”

Sigue el poema contando que aquellos que lo guiaban fueron clavados desnudos en los postes por pieles rojas bravíos y que después fue el derivar por ríos y mares, barco testigo, flotante, sin rumbo (“Toda luna es atroz y todo sol amargo…”).
En 1960, William S. Burroughs escribía The limits of control, un pequeño ensayo en donde se dedicaba a interpretar –unos años antes de los dispositivos denunciados por Foucault- los mecanismos y las tecnologías de control mental y social. En ese ensayo decía: “…las palabras son todavía los principales instrumentos del control. Las sugestiones son palabras. Las persuasiones son palabras. Las órdenes son palabras.
Lo que ponía en evidencia Burroughs era el carácter prescriptivo que el lenguaje impone a la percepción de el mundo.
Estas son las referencias sobre la cuales Jim Jarmusch elabora los relatos que dan sentido a las pelis Dead Man (1995) y The limits of control (2009).

b) Nadie nombra a Blake
La secuencia inicial de Dead Man, es un relato dentro del relato. Es Blake (Johnny Deep) en un tren que va a Machine, la última estación, el límite. El tren - tan caro al cine - como vehículo del viaje iniciático. Pasaje del mundo ordinario a otra dimensión. Paisaje y estética de frontera. "Machine" es el nombre del pueblo en el límite del viaje, final y principio, puerta hacia otro lugar y otro estado. En el vagón – durante el viaje - se ven diferentes pasajeros (pequeña y clara ilustración de los frentes de expansión colonial): gente de ciudad, campesinos, cazadores. Por la ventanilla del tren vemos pasar – en fundidos a negro, en un abrir y cerrar de ojos, montaje paralelo con otro clásico del cine: las ruedas del tren – las escenas de un viaje que bien podría ser de descenso o ascenso de la civilización a la barbarie. Al igual que Nietzche dando cuenta del carácter arbitrario del sentido, lo que podría ser un descenso a los infiernos (“Eso no justifica venir aquí, al infierno” le dice a Blake el fogonero de la locomotora – Crispin Glover) también puede verse como una ascensión que abra las puertas de la percepción al carácter infinito de las cosas.

Blake es contador en la película aunque se sugiere escritor (enseguida daré mi interpretación del sentido de estas profesiones u oficios). La escritura es entendida como cárcel del sentido de la cual hay que salir para liberarse del orden mundano, capitalista, opresor (Otra vez el fogonero a Blake: “Si estoy seguro de una cosa, no me fiaría de unas palabras escritas en un papel”). Sabidurías antiguas, animismo, y disrupción semántica son el instrumento crítico contra la razón utilitaria del mundo moderno. No es casual, supongo, que el personaje de Blake sea un contador, profesión impensable en otro orden que no sea el la mercancía y el de la razón práctica. Pero, Blake, también es el poeta, nominado por Nobody/Nadie (Gary Farmer). A la manera de un Jano terrenal, Nobody, es aquel que recibe y despide, que se desplaza entre vocabularios y sentidos, que sabe de la transformación de quien cambió palabras por balas (un sujeto en between al decir de Homi Bhabha). Nobody (que para su gente es el que habla fuerte sin decir nada) atravesó culturas, fue llevado a Inglaterra donde estudió y supo de William Blake, el escriba y grabador de las visiones místicas, de las palbras poderosas, aquél que – justamente – había escrito aquello de que “La razón es el límite de la energía”. Nobody es el guía del hombre muerto, suerte chamán iniciático, referente espiritual o filósofo socrático ejecutor de una mayeútica de la percepción.

Después - o antes, como se quiera – esta la historia: Blake en Machine, en sus calles pobladas de pieles, huesos, cerdos, vacas, calaveras de búfalos y otros animales, el rechazo de Dickinson (Robert Mitchum) que lo iba a contratar, unas pocas monedas, el bar, Thel, la chica de las flores de papel, la atracción, la visita inoportuna, los disparos, la huida, una estrella fugaz, los cazadores de “indios y hombres” y Nobody que entra en foco tratando de sacar la bala del cuerpo de Blake. En fin, el relato que paradójicamente va ordenado los sentidos.

Algunas imágenes (en blanco y negro, o mejor, en escala de grises): Los primeros planos de la atracción entre Thel Russell (Mili Avital) y Blake; John Dickinson contratando los cazadores que irán tras Blake y detrás un cuadro, un retrato inmenso del mismo Dickinson que pareciera mirarlo desafiante; el aire a la iconografía de Lenin en la cabeza muerta de uno de asesinos gemelos; Blake y un cervatillo baleado, la canoa final.




c) La misión de el Solitario
Creo que The limits of control es una parábola del enfrentamiento entre la razón utilitaria y la imaginación, el arte y cierta ciencia. Acción que se prefigura a través de cuadros (del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía) que anticipan personajes, situaciones y lugares. En The limits of control, cada secuencia combina continuidades y variaciones. El Solitario (Isaach De Bankolé) recibe un encargo en español, traducido al inglés, de ejecutar una misión. A partir de ahí, un avión, bares, un museo, habitaciones y (nuevamente) trenes. Las cajitas de fósforos que se intercambian y frases que se repiten una y otra vez, dichas por diferentes personajes que monologan con El Solitario y dichas, además, de diferentes maneras y modos. “El mundo no tiene centro ni bordes”; “todo es subjetivo, la realidad es arbitraria, use su imaginación”; “el que se de por grande que vaya al cementerio y verá como es el mundo”; son algunas de las sentencias que en cada secuencia se dejan caer en diversos contextos.

El Solitario apenas habla, hace – disciplinadamente - unos reiterados movimientos de Tai Chi, no duerme y toma café expreso en dos tazas. El Solitario no huye, como Blake, sino que va hacia un objetivo marcado. Cuando alguien, ligado a quienes lo contratan para la misión, le advierte que “algunos de ellos, están entre nosotros”, el Solitario responde, “yo no estoy entre nadie”. Sin embargo hace uso del conocimiento, de la sabiduría que va adquiriendo a lo largo del trayecto épico. En la contradicción entre placer y valor, entre arte y contabilidad, entre imaginación y realismo se dibuja el camino del guerrero. Para cumplir la misión, sin embargo, es el ascetismo, el método de supervivencia. Paradójica situación, ya que justamente, quienes encargan la misión son aquellos que defienden el placer, la imaginación, ante el valor, la mercancía, el orden.

Otra vez, como en Dead Man, el desplazarse por idiomas, lenguas y culturas. “Usted no habla español, verdad?”, con esta pregunta comienzan los monólogos que despliegan definiciones sobre las percepciones por fuera de la las rendijas de la caverna. Que los instrumentos tienen memoria de las notas que han sido tocadas en ellos; qué las buenas películas son sueños que uno no sabe si ha soñado; que cada uno es un conjunto de moléculas que gira en éxtasis; que las alucinaciones, los reflejos son mas reales que el objeto reflejado. Se trata en fin de eliminar el control sobre la realidad.

Algunas imágenes (en colores mondrianeses, si de Piet Mondrian, - perdón pero no se me ocurrió otra manera -): los varios pares de tazas de café (algunos cenitales), ascensores rojo y el Solitario de traje azul, un helicóptero amenzante, el cuerpo desnudo de Desnuda (Paz de la Huerta), la despedida de Rubia (Tilda Swinton) con su piloto y su paraguas transparente, Sevilla Santa Justa, la expresión de Guitarra (John Hurt), la estación de Doña María Ocaña y el casi cameo de El Americano (Bill Murray).




c) Quien resistirá cuando el arte ataque
Creo que tanto Dead Man, como The limits of control, son como sendos ensayos (en el sentido de género, no de prueba) sobre ciertas filosofías que apuntan a desbarrancar, desestabilizar y poner en evidencia el carácter arbitrario de los órdenes establecidos. Decosntruyendo los dispositivos de poder que se asientan no sólo en sistemas sociales específicos sino también en los mecanismos de construcción de sentido. Sin embargo la mirada de Jarmusch, si bien no es optimista, tampoco apunta a laberintos sin salida. Burroughs, nuevamente: “Ninguna máquina de control inventada hasta ahora puede operar sin palabras, y cualquier máquina de control que intente hacerlo confiando por entero en la fuerza externa o en el control físico de la mente encontrará pronto los límites del control.”
Café Azar
Posadas, fines del 2009

19 y 20 XII 2001

Lo provisorio que alguna vez se creyó duradero. El final de la Hegemonía neoliberal y ¿el principio de qué?
Que se vayan todos y una frase de Cornelius Castoriadis "Toda institución, así como la revolución mas radical que se pueda concebir, sucede siempre en una historia ya dada e incluso por mas que tenga el proyecto alocado de hacer tabla rasa total, se encontraría que debería utilizar los objetos de la tabla para hacerla rasa."


El estallido (Parte 1)
por elortiba

Sambenito

Luego del homenaje que hiciera Café al Flaco Spinetta, celebro la irrupción en esta bonita página de ese otro apreciado flaco, El Flaco Larrique y sus laberintos.
El recuerdo de Don Benito, qué es el de su propia iniciación antropológica y sus observaciones referidas a la devoción que despiertan las descripciones de Nimuendaju, tan vivenciales como desprovistas de citas legitimantes, de alusiones a autoridades eruditas, lo impulsa a despojarse del peso de ciertas tradiciones académicas. De liberarse de un estilo escritural que los penitentes de la ciencia cargan como un sambenito.
Tradicionalmente la Iglesia Católica, desde muy antiguo y con más vigor seguramente durante la Santa Inquisición, tuvo entre sus culposas prácticas entregar a llorosos penitentes -que con sus sufrimientos y lagrimas debían enjuagar sus culpas- una vela de cera y un sacón de lana bendecido o escapulario.
Este saco bendecido o bendito posiblemente esté en la etimología de la palabra sambenito. Aunque también es posible que esta expresión popular derive del propio San Benito y refiera más bien al escapulario que empleaban los benedictinos.
Los inquisidores se lo colocaban a sus condenados como signo de deshonra.
Cargar con el sambenito era un bajón, sobre todo para quien no había cometido los actos de los que era culpado o para quienes pertenecían a otro orden moral que no los consideraba pecados.
Por eso el atuendo se convirtió en sinónimo de la difamación sufrida por aquellos que eran acusados de pecado por las autoridades eclesiásticas.
Popularmente cargar con el sambenito es ser objeto de una deshonra no siempre merecida.
Citar o no citar, tal vez no sea la cuestión.
La obligación de la cita erudita, quizás sea sólo un sambenito que cuelga sobre los hombros académicos de quienes buscan avales consagrados.
No obstante no podemos vivir ajenos a ellas porque al hablar siempre estamos siendo hablados por otros. Somos el eco de otras voces que moldean nuestra subjetividad.
De todos modos -cito a Charly, otro flaco (ya no tanto)- …¡Papá! La libertad siempre la llevarás dentro del corazón.
Parafraso a Fito (para continuar con estas flaquezas)… Solo se trata de escribir, Esa es la historia… relatarla, bah. De una manera convincente y provisoria, tanto como para que parezca duradera. Los nativos pasan la etnografía queda.

Don Benito

Este es un texto viejo que pongo para molestar a Café, que me invitó a este Blog tan lindo...


Reflexiones (de un antropologo ) a la hora de lavar los platos:

Voy por dos laberintos paralelos y de pronto se me juntan dos problemas. Pienso en Don Benito, que levanta su esmirriada existencia, apoyandose en la pared del tapýi, para salir en la foto. Yo lo he visto tantas veces en ese rincón tan importante en la aldea de los Ramos. Lo vi la primera vez en el Chapá, lo sacaron enfermo de su casa y lo cargaron en la camioneta para llevarlo al hospital. "Como una bolsa de papas" escribí entonces y mi orientadora me dijo que sacara la frase porque era muy subjetiva. Lo vi soplar sobre las pieles bruñidas en Marangatu, tras las paredes de tabla, rodeado por las moscas, sobre la tierra colorada. Con las piernas inutiles minado por la tuberculosis, se erguia en el suelo como si fuera una estatua y de sus ojos casi ciegos salian chispas negras. Yo grabé el lamento de su hijo Santos una noche que llegué a su casa y habia guitarras y habia caña y nos sentamos uno al lado del otro entre las sombras rojinegras que bailaban en las paredes y sobre las hojas de palma. Él me contó de como supo de la muerte de su padre y llego a la terminal para tomar "El Tigre" de las siete y cincuenta. El sabia que el omnibus pasaba a esa hora, pero le pregunto a la chica de los pasajes de nuevo, quien sabe justo hoy no pasaba mas temprano. Despues de que metieran a Don Benito en el cementerio de los blancos, porque no les dieron el cadaver para que se lo llevaran, volvieron los Ramos a su casa. Santos (el
que tenia que ser "mas indio que todos nosotros, porque es el mas viejo", como decia Lorenzo), quizo rezar y no pudo.

Me mira Don Benito desconfiado desde esa foto que puebla tantas bibliotecas europeas. Cada vez que alguien lo encarga, viajan los libros por sus canales obscuros y los toma una mano desprevenida. Hojea y se levanta Don Benito para salir en la foto.

Llegue hoy a Don Benito pensando en Don Antonio (Moreira) y en la expresion de los padres que le llevaban sus hijos para que los cure. No pense en Don Benito porque Don Antonio soplara a los chicos como él lo hacia, sino por esa expresion en la cara de los padres. Llevar a los chicos a que ese hombre los curara era una cosa seria.

Pense inmediatamente en las visitas del doctor a la aldea. Dicharachero, me parece que no hay mejor palabra; una alegria social o sociable. Solo las madres, las que vivian mas al fondo, tenian la cara de las otras mujeres. Y pense "barbaros! que brutos que son" pense en el doctor conjurando su miedo con voz gruesa y estilo campechano. "Como estamos doña Toribia!" y eso. Me enoje con el doctor y su falta de sensibilidad. Pensé que yo soy igual que él, aca, esforzandome por hacer calzar todo lo que escribo entre lo que escribió este y aquel otro. Pienso en Nimuendaju, fascinacion de la etnologia brasilera, maravilla secreta de los europeos que la miran por sobre el hombro. Nimuendaju se dio el lujo de ignorar categorias que ya cuando el escribia estaban totalmente establecidas en la etnologia: el parentesco, la organizacion politica, etc., etc... En extasis frente al descubrimiento de la religion guarani, los condeno, por ese mismo acto, a ser una especie de desenfrenados misticos, que en lo unico que piensan todo el dia es en ir al cielo sin morir.

Pero, por qué le creen o le creyeron tantos a Nimuendaju, tanto que están dispuestos a pasar por alto esas faltas? Yo creo que simplemente porque él estuvo ahi y la cuenta. "Vino el indio y me dijo: Nimuendaju vas a tener que ir a matar al anima en pena; bueno, dije yo, y me preparé con pintura de Urucu que prepararon las mujeres y mi padre adoptivo me dió las flechas que guardaba en la casa de rezos y varios me acompanharon y nos fuimos a matar al ánima en pena de Tangaramiri (...) El shaman me dijo: disparale ahora Nimuendaju! Y lo le tire la flecha, mientras el shaman me decía: ahi, ahi, disparale otra vez! Y yo volví a disparar y todos dijeron que lo maté. Yo no vi nada pero toda la aldea quedo de lo mas contenta". Asi la cuenta. O cuando cuenta por qué los indios creen que bailando se van a ir al cielo y observa que después del primer día de danzas duelen mucho las rodillas; al segundo día a uno le cuesta mucho mantenerse parado; pero al tercer dia uno no siente mas las piernas y en consecuencia se tiene la sensacion de que uno esta livianito, que ni pisa el suelo. Como buen aleman fue vió y la contó y no tiene una cita bibliografica ni que te cagues.

Como Nimuendaju, pensé pensando en Don Antonio, frente a cuya casa hacian cola los blancos de Iguazu para que los atienda, asi tengo que escribir y listo. Me abruma la academia, pienso que deberia cambiar los nombres de los informantes...

SPINETTA






No sé exactamente en qué momento entraron en mi vida las canciones de Luis Alberto Spinetta. Los relatos de la memoria no suelen ser muy precisos en cuanto a burocracias temporales, aunque juren lo contrario. Recuerdo la sugerente tapa amarilla de Durazno sangrando, tapa doble, tamaño vinilo (parece absurdo tener que aclarar estas cosas). Recuerdo el impacto del fraseo para cantar, los temas largos que recorrían diversos paisajes sonoros, la poesía, las palabras desnudando su sonoridad. Sé que puede parecer una herejía, pero primero escuché Invisible, y después Almendra. Todavía, cuando escucho esos temas, siento el arrobo y la calidez de un hogar sin paredes ni lugar definido. Es como un beso con memoria, o una caricia sabia.
La primera vez que fui a un recital del Flaco fue en el año 78, en el recién inaugurado Estadio Obras. A pasos del centro de torturas de la Escuela de Mecánica de la Armada. Con 16 años, ingenuamente críticos del sistema, pasábamos una y otra vez frente al lugar donde miles de personas fueron vejadas, asesinadas y desaparecidas. Creíamos nosotros que – si bien no íbamos a cambiar el mundo – mostrando nuestra disconformidad y nuestro rechazo éramos una suerte de testimonio en una sociedad vil. No pasó mucho tiempo para comprender que hay veces que para cambiar las cosas hay que dejar la vida, la piel y la sangre en oscuros sótanos ubicados a sólo algunos pasos de donde pasábamos cantando “Me gusta ese tajo, que ayer conocí!”
Ese recital, en Obras, con La Banda Spinetta fue la confirmación, o el rito de pasaje a través del cual ingresé – como miembro pleno y convencido - al mundo mágico, de palabras y de música, creado por el Flaco. Esa banda nunca editó un disco y sin embargo podría, aún, crear todo un relato sobre aquellos shows. Solía hacer el repertorio de “A 18 minutos del sol”, algunos instrumentales bien jazzeros, un tema de Guillermo Vilas y “Amor de primavera” de Tanguito. Fue no sólo ver en vivo, escuchar tocar, atender sus palabras y gestos en el escenario sino también aprender a ser parte del público de Spinetta. Público que asumía (y asume) que va a formar parte de un viaje – o de varios – guiados por un chamán que despliega ante el psicodélicos mundos de raros acordes y bellas y complejas figuras poéticas.
Adoración es la palabra. Todo lo que venía del Flaco hacía mas bonito el mundo. Aún hoy es así. Como suele suceder con toda experiencia mística. Transfiguración, alquimia, puerta abierta hacia otra mirada. La cancionística del Flaco era (y es) ese pase entre mundos, esa transmutación de sentidos que el ritual estético provocaba (y provoca). Si, el mundo es mas bonito cuando el arte ataca.

Café Azar
Posadas,
primeros días de Diciembre de 2009. -

Navegar e preciso

(Imagen extraída del Blog: botella al mar)


En los libros, como en las botellas tiradas al mar, suele vivir algún momento de la gente sentencia el corolario de la exquisita traducción que Marisa Silva realizó de un texto anónimo, publicado en la entrada anterior.
Por un momento ese texto encalló en esta provisoria playa junto a los caracoles que atesoran ecos del oleaje de palabras.
Imágenes, recuerdos y emociones surfean de a ratos sobre olas de libros, canciones y poemas, y vuelven a encallar, una y otra vez, a la espera de la marea de voces que les devuelva el impulso, que les de otra provisoria oportunidad para seguir el perpetuo movimiento… Deseosas de navegar, a sabiendas de aquella frase gloriosa que Fernando Pessoa recogió, acaso en alguna botella lanzada al mar por un antiguo navegante, "Navegar é preciso; viver não é preciso" y en su poema trasmutó el espíritu del enunciado en el emblema deseado por el poeta para sí, para lograr algo que pudiera atrapar como él es: Viver não é necessário; o que é necessário é criar.
La Memoria; sus imágenes, recuerdos y emociones; se desplaza encerrada en botellas que vuelven a encallar, una y otra vez, junto a piedritas y caracoles, a la espera de alguien alerta que las socorra y embarque para ensayar una nueva Odisea.
A la espera del bergantín que les de otra provisoria oportunidad de desplegar, como antaño, sus sueños.
Se me ocurre que en algo de eso pensaba otro poeta, el Poeta Depuesto, cuando escribió en "Megafón o la guerra": "Yo en tu lugar buscaría en el pueblo la vieja substancia del héroe. Muchacho, el pueblo recoge todas las botellas que se tiran al agua con mensajes de naufragio. El pueblo es una gran memoria colectiva que recuerda todo lo que parece muerto en el olvido. Hay que buscar esas botellas y refrescar esas memorias."
Algo así estarán mentando millones de bolivianos en este momento en que reencarnan a Tupac, navegando sobre los sueños de sus antiguos, ansiando su propia salida al mar.
Hernán Cazzaniga

Libros y botellas en el mar

Dentro de los libros suelen ocurrir cosas poco usuales, sobreviven insectos con aspecto de flecha plateada, o pétalos de malvones, de girasol, tréboles de cuatro hojas, que con el tiempo toman un color uniforme, de piel vieja. Para algunos autores los libros tienen cierta vocación de abertura, se transforman entonces en ventanas o puertas, ojos de buey y en el mejor de los casos arcón o baúl de tesoros.
Para Leandro, astrónomo y amante de Bach, en las páginas se quedaba el olor de la gente que los había leido y lo primero que ejecutaba al tomar uno en sus manos, era una larga aspiración con los ojos cerrados. No decía palabra, lo cerraba y solo luego procedía a ver de que se trataba la cuestión. Parece que así encontró en Río de Janeiro, en una librería de viejo que se asoma apenas abandonada la rua Princesa Isabel yendo hacia Ipanema, una hoja de cuaderno doblada en dos. Tenia un olor algo rancio como a los quesos franceses de Causses del Aveyron, estaba dentro de un ejemplar de Viajem Pintoresca de Debret. Era un relato sin firma en protugués.

FAMILIA OBRERA DE UNO SOLO

Por alguna desgracia encalleció temprano y suele ser el dolor un perro llagado y
pequeño. Se demora el dolor con sus dientes en las venas mayores de los ojos y cava
horrendos agujeros. Sin sueño.

Con la lentitud de un lama terrible devora todos aquellos caminos verdes o azules y la luz.
Las manos le crepitan, también los pies y una demorada molicie lo aquieta, pegado
al lugar como un vegetal, como un liquen. Permanece despierto apurando fórmulas secretas
y conjuros, leyendo astros, rumiando los dibujos que puede hacer la venganza.

Cada objeto ha podido asumir alguna forma o simplemente despertar y llenar los
espacios con su presencia, deslizándose como un caracol cargado de veneno. Como un
temblor que se desplaza por milímetros.

Le han dicho que se muere o que viva intensamente. Le ha dado por momentos
ganas de algún dios. Esta sentado sobre un cuadrado de piedra iluminado,
odiando, en el centro de la sala.

Anónimo
Brasil 1999
Traducción Marisa Silva

En los libros como en la botellas tiradas al mar suele vivir algun momento de la gente

Provisorio para siempre III




Ya da la noche a la cancel su piel de ojeras, / ya moja el aire su pincel, y hace con él la primavera...


Una cosa trae a la otra y es así como la palabra provisorio remitió en entradas anteriores a la frase “provisorio para siempre” acompañada del recuerdo de aquel arreglo de la cancel de mi casa de Barracas, allá por los ’70, y ya se deslizan los pensamientos hacia los versos de Afiches, ese tangazo de Homero Expósito y Atilio Stampone, hacia esa imagen de poesía nocturna que ilumina primaveral el epígrafe.

Imagen primaveral, clima de fresca y juvenil candidez, amor de zaguán, ubicado en el justo medio de la desilusión, contrapunto de la ironía cruel que trasuntan los versos que rodean a esta estrofa, en los que al poeta se le dio por pensar rencorosamente en ella, que es una manera desesperada de pensar más en mí -contrariando las lecciones aprendidas por Discepolín en el Cafetín porteño-.

La piensa impíamente al verla… Cruel en el cartel, (…) en el fetiche de un afiche de papel… donde… se vende la ilusión, se rifa el corazón, En el instante en que se le aparece… vendiendo el último jirón de juventud, cargándome otra vez la cruz. Instante en que al vate le ¡dan ganas de balearse en un rincón! frente a la altivez orgullosa de una juventud que se ofrece mercantil, Cruel en el cartel…, convertida en un fetiche de papel, como objeto de devoción divina dotada de un halo misterioso.
De ese halo de misterio otorgante de dones naturales a los objetos transables –refiero a las mercancías, no las mujeres, ¿o si?-, cruel borrador del trabajo colectivo, de las relaciones sociales que mediaron para producirlas, ilusionista dador del carácter fetichista de éstas al que alude Marx en el trajinado apartado 4.
Mágicamente los objetos cobran vida propia, se intercambian entre sí nos dice el troesma en el CapitAl, dejando cargada la cruz sobre el laburante que perdió el control sobre ellos como nuestro poeta que le dio un hogar...,
¡Siempre fui pobre, pero yo te di un hogar! Se me gastaron las sonrisas de luchar, luchando para ti,sangrando para ti...
¿Pero qué?
Se pregunta al despabilarse: si están tus cosas pero tú no estás,porque eres algo para todos,como un desnudo de vidriera...¡Luché a tu lado, para ti,por Dios, y te perdí!
Cuerpo inerte, moldeado para ser exhibido, reflejo de juventud imperecedera, como la del desnudo e inhumano maniquí de la vidriera, como la imagen fotoshopeada de Demi Moore en la tapa de la Revista W.
Imagen de lozanía retrospectiva que perdura retocada con exagerado esmero. Producida por febriles fotomontajistas, entusiasmados en recortar su talle. Despojada de sí. De su propia encarnadura.
Entallada figura fabricada por una moda (demasiado duradera para ser solo pasajera) que convierte en deseable descarnados cuerpos. Dóciles figuras moldeadas antaño por los ceñidos corcets, aquellos asfixiantes redistribuidores cárneos, hoy sustituidos por anoréxicas inaniciones.
Cruel en la tapa de W apareces tú, DemiMoore, vendiendo el último jirón de juventud, ¿te ríes, corazón? pero frente al espejo al despertar está la verdad,que es restregarse con arena el paladar y ahogarse sin poder gritar.
Hernán Cazzaniga