Sobre la discreción de las rosas

En su libro “Éramos tan niños”, en donde relata a la manera de una autobiografía su relación con el fotógrafo Robert Maplethorpe, Patti Smith cuenta una historia que sería parte recurrente de los diálogos que tendría con su amigo. Relato de infancia, de juegos, de intereses, amistades, enfermedad y muerte. La historia de Stephanie funciona como prisma que descompone descubriendo la densidad las cosas, de las personas, de lo que se dice, de lo que se hace. “Solíamos reirnos de cuando éramos pequeños. Decíamos que yo había sido una niña mala que intentaba ser buena y el un niño bueno que intentaba ser malo. A lo largo de los años, aquellos papeles se fueron invirtiendo hasta que terminamos aceptando nuestra doble naturaleza. Albergábamos principios opuestos, luz y oscuridad” (Patti Smith, Editorial Sudamericana, Sello Lumen, 2010).

La cuestión es que quise compartir - en Provisorio (radio) - ese texto y busqué alguna canción de Patti Smith como para complementar. Lo primero que encontré fue un CD del año 2004, de título Trampin’, editado un par de años después de la muerte de la mamá de Patti. La figura de la madre, del ser madre y la misma palabra aparecen una y otra vez en las canciones del álbum que también habla de la guerra y la paz. Una canción se me pegó y no pude dejar de escucharla. Supe enseguida, tras los primeros acordes, que esa canción sería la escucharíamos en el programa después de compartir la historia de Stephanie que Patti cuenta en su libro.

El tema se llama “Mother rose”, es el segundo track del álbum, y está dedicado específicamente a Beverly, su madre. El tema va un poco mas allá y habla, a partir de la imagen de la espera, de la madre que espera, del cambio, del traspaso del punto de vista al dejar de ser hija para ejercer la maternidad (y quien era esperada pasa a esperar). Es un mid tempo, con la batería bien marcada y las guitarras delicadamente armónicas y firmes. Sobre el final, la canción parece pasar a otra dimensión. Rito de pasaje entre mundos. Un aire de brumosa psicodelia toma la aparente liviandad melódica y otras voces, otros sonidos nos dejan ante la puerta de otro estado de conciencia. La voz de Patti, grave y sentida, recita “Mother of gold” un poema que ella escribiera y leyera en el funeral de su madre. La música se empieza a deformar. Otra melodía, otras armonías se mezclan. Y así como fui buscando traducciones que me permitieran intuir lo que la letra decía, también encontré una referencia al riff con que cierra “Mother rose”.



Sally go ‘round the roses” es la canción que parece sugerir el final del tema de Patti Smith. Grabada por un grupo de estudio, un girl group originario del Bronx neoyorquino, The Jaynetts, y producida por Abner Spector se publicó en el año 1963. Zelma “Sell” Sanders escribió la letra y la música fue firmada por Lona Stevens, esposa de Spector. El arreglador fue Artie Butler, que posteriormente fuera reconocido por sus colaboraciones con Louis Armstrong (What A Wonderful World), Barry Manilow (Copacabana, Even Now y Can’t Smile Without You) by Barry Manilow, Neil Diamond (Cherry Cherry y Solitary Man), The Drifters (Up On The Roof y On Broadway), y Dionne Warwick (I Know I’ll Never Love This Way Again) entre otros artistas. En su página web, (http://www.artiebutler.com/sally.html) Butler cuenta como arregló el tema – que salió en un single que un lado tenía la versión cantada por The Jaynetts y del otro la versión instrumental de “Sally…” - y como el haber aparecido en los créditos como arreglador le sirvió para ser reconocido en su labor de productor a pesar de no haber cobrado un centavo. Las voces que aparecen en la canción tampoco están claramente identificadas; es decir: se duda que siquiera sean las que aparecen en la portada del single. Según algunos testigos el día que la canción fue grabada había por lo menos cinco cantantes en el estudio: Johnnie Louise Richardson, Ethel Davis, María Sue Wells, Yvonne Bushnell, y Ada Ray.

El origen del tema es incierto, según la información que circula en Internet, estaría inspirada en una canción que formaba parte de los juegos infantiles en la campiña inglesa, juegos femeninos, de fines del siglo XIX: "Ring a Ring o' Roses" o "Ring Around the Rosie" (está última versión recogida en Norteamérica).

Como un indicador algo difuso, se puede decir que Sally... estuvo en el segundo puesto en el ranking de la Billboard Hot 100 del 28 de septiembre de 1963 y se mantuvo en ese puesto en la segunda medición hecha el 12 de octubre del mismo año. Recordemos que se trata de los modos de medición que la industria tenía sobre el lanzamientos de singles en Estados Unidos, que era semanal y estaba basado en la rotación en radio y números de venta de lunes a domingo. Cada semana aparecía un nuevo ranking. En Music Vendor (que posteriormente fuera Record World) otra revista que formaba parte y reflejaba  los movimientos de la industria de la música en Estados Unidos, Sally… aparece en primero lugar en su edición del 12 de octubre de 1963. Es decir, que la canción obtuvo un grado considerable de popularidad, algo que uno puede confirmar también con las versiones posteriores y registros en otros países.



Como tantas canciones pop, el sentido de “Sally…” fue objeto de múltiples y variadas interpretaciones. Al sonido hipnótico y psicodélico de los arreglos musicales, que ya de por si, le daban un carácter extraño, la letra dejaba abierta la posibilidad de construir múltiples sentidos e interpretaciones.

Sally Go Round the Roses

Sally go 'round the roses. (Sally go 'round the roses.)
Sally go 'round the roses. (Sally go 'round the pretty roses.)
The roses, they can't hurt you. (No, the roses, they can't hurt you.)
The roses, they can't hurt you. (No, the roses, they can't hurt you.)

Sally don't cha go, don't cha go downtown.
Sally don't cha go, don't cha go downtown.
The saddest thing in the whole wide world is
To see your baby with another girl.

Sally go 'round the roses. (Sally go 'round the roses.)
Sally go 'round the roses. (Sally go 'round the pretty roses.)
They won't tell your secrets. (They won't tell your secrets.)
They won't tell your secrets. (No, the roses won't tell your secrets.)

Sally, baby, cry, let your hair hang down.
Sally, baby, cry, let your hair hang down.
Sit and cry where the roses grow, you can sit and cry, not a soul will know.

Alguien, amablemente, reconociendo que trabajó con mejor voluntad que exactitud (y que seguramente prefiere quedar en el anonimato), se encargó de facilitarme una versión traducida de la letra en castellano. Y es la siguiente:

Sally da vueltas alrededor de las rosas

Sally da vueltas alrededor de las rosas
Sally da vueltas alrededor de las bellas rosas.
Las rosas no pueden lastimarte.

Sally no vayas, no vayas para el centro
La cosa más triste en el mundo es
ver a tu chico/a con otra chica.

Sally da vueltas alrededor de las rosas
Ellas no van a contar tus secretos
No, las rosas no van a contar tus secretos.

Sally, nena, llorá, dejá tu cabello suelto
Sentate y llorá donde las rosas crecen,
podés sentarte y llorar, ni un alma sabrá.

Hasta aquí la letra de Sally go’ round the roses, las interpretaciones apuntaban fundamentalmente al carácter ambiguo que asumía la palabra “baby”. “la cosa mas triste en este mundo es ver a tu chico/chica con otra chica”. La homosexualidad parecía filtrarse como tema en la canción. Incluso - me acota el traductor mientras huye despavorido en cuanto le sugiero que su nombre va en la nota - que encontró otra versión de la letra en donde en vez de decir “ellas no van a contar tus secretos”, dice “tu secreto”, así, en singular.

Tim Buckley también grabó una canción con el mismo nombre en el año 1973, en el álbum Sefronia y – además de no mencionar a nadie mas que a él en los créditos – modifica la letra soslayando la ambigüedad que caracterizaba la versión de Jaynettes: "Oh Sally don't you go down - Oh darlin' don't you go down/ Honey the saddest thing in the whole wide world/ Is to find your woman been with another girl" (Oh Sally, no vayas para el centro, dulce, la cosa más triste en el mundo es ver a tu mujer con otra chica).

Otras interpretaciones indicaban que el secreto – o los secretos – de Sally podrían referirse a la locura o a una experiencia religiosa. Sabemos que ambos estados de conciencia, de ruptura con la temporalidad, la espacialidad y la identidad guardan semejanzas, además, de cierta estigmatización de quienes lo viven. Otra lectura ligaba el secreto de Sally con la pérdida de la virginidad y el posterior abandono.

En cualquiera de las interpretaciones, lo que aparece como elemento común, es el secreto o los secretos de Sally que la ubican como objeto de estigmatización, de algo que no es posible hacerlo visible socialmente y de la soledad – y el dolor- que esto implica. Secreto y abandono, eso si, en el universo femenino. Una canción de género, sin dudas.

La canción no ha pasado desapercibida y su halo de extrañeza se mantiene de manera fantasmal como en la cita de Patti Smith.


Cafe Azar
Posadas, Noviembre de 2010. -