“Vemos …” Sobre CapitAl, todo el mundo va a Buenos Aires de Augusto González Polo



(El mate preparado, Lonely Drifter Karen en el reproductor y allá vamos):


El capital es para la economía crítica un valor que se valoriza; capitalizar es, justamente, el resultado de ese proceso de valorización. La capital de un estado es el centro burocrático administrativo de una determinada entidad política. La letra capital para los tipógrafos es la letra inicial de un párrafo cuyo tamaño es mas grande – y muchas veces con características ornamentales diferentes a la tipografía utilizada en el texto. Podríamos decir que mientras la letra capital resalta un origen, el hecho de capitalizar, señala un destino; la capital, en cambio, se piensa como un centro.

Cuestionando estos ejes creo que reflexiona CapitAl, Todo el mundo va a Buenos Aires de Augusto González Polo. Por lo menos esos son los horizontes de sentido que pude encontrar mirando la película. Son los ejes por los cuales intentaré argumentar esta interpretación.

Permitanme, antes que nada, señalar una cosa. En el arte gráfico de la peli (afiches, banners, tarjetas) la anteúltima letra de la palabra capital se escribe en mayúscula, como una suerte de letra capitular subversiva –no está al principio, pero tampoco al final-. Y desde esta cuestión, casi un detalle del diseño visual, es que propongo interpetar el filme. CapitAl esta marcada por un mapa móvil de recorridos lineales, acumulativos, inversos, inefables. Pero no se trata de economía, política o diseño gráfico, sino de una historia de amor que bien puede ser atravesada por las múltiples metáforas que brinda el espacio, el tiempo y las relaciones amorosas.

La capital federal, en la Argentina, es la ciudad de Buenos Aires, que de federal tiene los miles de inmigrantes que desde el interior del país van a probar suerte, a salir de sus pueblos, a morir por un sueño. Federal y unitaria al mismo tiempo es allí – en la ciudad - donde Sergio desde su mundo provinciano fue a vivir. Es también el lugar que representa el fracaso amoroso, el extrañamiento y la vuelta. La ciudad se hace agresiva, intolerante, perversa, tal cual uno podría suponer era el pueblo desde el cual Sergio partió unos años antes. Reflejos distorsionados, el pueblo y la ciudad pueden ser la misma cosa.

(Ahora suena El perro del mar, como previniendo:” love is not pop”)

“Vida es lo que pasa, mientras hacemos otros planes” dice Lennnon en Beatiful boy, una canción dedicada a su hijo. Y es en ese desacomodo, incómodo, y desenfocado, que Sergio y sus amigos intentan construir, diseñar y modelar la vida. Este es el segundo punto donde la metáfora de la vida como lineal y acumulativa se hace pedazos. Alguna crítica de la peli la planteó como un tema generacional, y hasta cierto punto me parece que Augusto también, por lo menos es lo que se lee en el blog (http://todoelmundo.blogspot.com/); sin embargo creo que el carácter generacional de CapitAl es sólo el vestuario de cuestiones que hacen a las relaciones amorosas mas allá de la edad y los gustos musicales. Hace mucho tiempo que existen las canciones hablando sobre estos temas. Para algunos serán los Manic street preachers y para otros Armando Manzanero, o Rodrigo, ¿por qué no? Pero mas allá de las discografías de cada uno, me parece que lo que la peli nos muestra es que es imposible pensar en términos de una economía, o una ciencia política, o un diseño gráfico las relaciones amorosas (incluidas, por supuesto, las del desamor).

Si creo, está marcado el carácter de género de la peli. Son hombres, jóvenes, adolescentes tardíos o adultos los que sirven de referencia para el andamiaje dramático (aunque –paradójicamente- la palabra final sea de una mujer). Un ejemplo claro es el personaje del tío (interpretado por Manuel Vicente) que con su remera de Keith Richards, sentencia aquello de que los hombres, mas que hacer cosas para llamar la atención de las mujeres, en realidad, es más lo que se hacen para olvidarlas). Es el universo masculino lo que también se quiebra, deconstruyendo certezas, desconfiando de los gustos establecidos. Es la paternidad marcando posibilidades, miedos y fantasías.

Por último, la peli me hizo pensar en la imposibilidad de una economía de la relaciones amorosas. Es decir, ¿es posible acumular “experiencia” en el amor.? ¿Es cuantificable esta experiencia? Recordemos que al mismísimo Kart Marx se le hizo difícil la cuantificación de valores y plusvalores en la economía capitalista –son relaciones humanas, después de todo-. “Somos accidentes, esperando suceder” dice el tío de Sergio resumiendo gran parte de este tratado sobre el amor que es CapitAl, todo el mundo va a Buenos Aires. La respuesta, ante lo implacable que suele ser lo arbitrario y lo errático en el mundo amoroso, pareciera ser contundente. Aunque siempre existe la posibilidad de un nuevo intento y, por supuesto, la imposibilidad de pronósticos, previsiones, y curvas de factibilidad para el amor, una posibilidad ante esto sería decir, (como lo dice Claudia con toda la sabiduría de quien ha sufrido): “vemos…”

(Ya está sonando Belle & Sebastián: Funny little frog, la canción del amor perfecto. Dejó acá, esta por empezar el partido de Boca. Buenas tardes!).

Café Azar

Posadas, vísperas de la primavera de 2009.-


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