Cartas estratégicas

Este breve relato tiene que ver con estrategias, más bien con tácticas. La estrategia, por supuesto, era sacar la mayor cantidad de puntos posibles para llevarse el trofeo. Así, lo pensaba el tipo. Como si la vida fuera la planificación de acciones, actividades, objetivos, cronogramas y, por supuesto, presupuesto. Y así encaró cada partido. Cada encuentro fue meticulosamente estudiado. Dibujó pizarrones, hizo esquemas en papelógrafos, no daba para hacer juegos grupales porque – seguramente - los hubiera hecho. Para cada partido una táctica, a veces más defensiva, otras más de espectáculo. Perdió y ganó partidos memorables, recibió algún que otro gol e hizo los importantes. Y logró, su objetivo, lo logró con creces. Esa morocha de ojos verdes estaba a su lado como él quería. Claro que, cuando en su intención de evaluar su proyecto, sus tácticas, su plan estratégico le preguntó a su novel amada que era lo que lo que había hecho que se fijara en el, ella le contestó, sin inmutarse, y mucho menos ruborizarse: fueron las cartas del tarot, que me tiró mi vecina.

Café Azar

Posadas, primeros días de diciembre de 2010. -

2 comentarios:

Hernán dijo...

Mario Benedetti escribió un poema en el que hablaba de tácticas y estrategias (mirar, besar, no sé cuales más eran sus tácticas enunciadas y una estrategia: ser necesario para la persona deseada)
No sé si logró su cometido aquel viejo poeta.
Pero como en tantas otras cosas el azar juega sus cartas y la vecina también y después que sea lo que Dios quiera. Aunque a Einstein no le guste creer que el todopoderoso juega los dados, tengo la leve sospecha de que sí lo hace aunque sea un poco fullero.

Anónimo dijo...

TÁCTICA Y ESTRATEGIA
Mario Benedetti

Mi táctica es
mirarte
aprender como sos
quererte como sos

mi táctica es
hablarte
y escucharte
construir con palabras
un puente indestructible

mi táctica es
quedarme en tu recuerdo
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
pero quedarme en vos

mi táctica es
ser franco
y saber que sos franca
y que no nos vendamos
simulacros
para que entre los dos
no haya telón
ni abismos

mi estrategia es
en cambio
más profunda y más
simple
mi estrategia es
que un día cualquiera
mo sé cómo ni sé
con qué pretexto
por fin me necesites.

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