Variaciones infinitas

Noté recientemente (otra distracción más, quizá) que algo cambió en el diseño de este blog : perdió la tachadura inicial y agregó una flor de esas que arman ramilletes.
Se mantiene el comentario ése del embole que tan bien nos caracteriza y me agrada ese tono de pequeñas formas nuevas que nos reciben en la entrada. 
 Y como de detalles está hecho el mundo, van minúsculos ensayos con la palabra, algo de una serie sin ton ni son que me acompaña hace mucho (Relámpago negro).Otro minúsculo movimiento en el orden infinito de los emboles posibles. 




r24

Una reina aniquilaba siervos
con el rayo filoso de su dedo
en la pesadilla durmiente de mi infancia
ávida escucha respira entrecortada
sigilosa pregunta que espera
final reparador o se pone a llorar.
Siempre en sueños.
La vida es otra cosa, ¿no?





r25

Joven ciega
me cuenta que adivina
el relámpago en el exacto punto
donde cae esa estrella imaginaria que lo parió.
La piel delata el rumbo
del alma buena de la gente.
Se corona en sonrisas y eso basta.



r26

Guardarlo en una caja
soñaba el hombre
curioso de misterios
perforó sus manos
en cada intento
de atrapar el relámpago
lo copió en papel de arroz
imitó su voz hasta el hartazgo
lo recompuso en trazos electrónicos.
y de la nada asoma
revienta el aire
en trocitos metálicos hirientes
llega sin aviso
ante esos ojos ajados de domesticador.